4.- Apostolado de los Medios de Comunicacion

Miguel.- Tenemos ya cinco millones.
Cabriel.- Buen comienzo.
M.-Tenemos el equipo de redacción: gente sabia, muy especializada.
C.- Os auguro el éxito.
M.- Un administrador perfecto.
C.- No parecéis españoles.
M.- ¿Por qué?
C.- Por lo orientados.
M.- Hemos comprado unos estudios de grabación en Estados Unidos: la última perfección.
C.- Otro acierto.
M.- Tenemos corresponsales inteligentísimos en París, Londres, Estados Unidos, Berlín, etc., etc.
C.- ¿Qué agencias habéis contratado?
M.- Las más acreditadas en todas partes.
C.- ¿Qué sueldos vais a dar?
M.- Generosos, como la mejor empresa.
C.- ¿Con qué publicidad contáis?
M.- Para comenzar, buena; aunque la esperamos como ningún otro medio.
C.- ¿Vais a ser verídicos?
M.- Con exceso.
C.- ¿Vais a ser prudentes, pero enérgicos en la defensa de la justicia y de la verdad?
M.- Creemos que decir la verdad y defender la justicia es no sólo de conciencia, sino negocio.
C.- Muy bien. ¿Cómo vais a tratar el «cine», el Internet, la TV, la radio?
M.- Con criterio moral austero, aunque nos privemos de ingresos de publicidad. No consentirá Dios que nos arruinemos por defender sus intereses.
C.- ¿Sabes qué te digo?
M.- ¿Qué?
C.- Que sólo me falta para aseguraros un triunfo rotundo saber una cosa.
M.- ¿Cuál?
C.- ¿Dónde está el hombre?
M.- ¿Qué hombre?
C.- El director del medio el alma de la obra, el capaz de ver y resolver los problemas complejos de toda esa máquina dificilísima.
M.- No lo tenemos aún.
C.- Pues, ¿sabes lo que te digo?
M.- Tú dirás.
C.- Que no tenéis nada.