6.- Apostolado del mundo del dinero
En qué consiste el apostolado del dinero. En pagar a los empleados con generosidad. En remunerar al obrero con justicia. En dar limosnas generosamente, las debidas conforme a las rentas sobrantes y las convenientes a la virtud de la misericordia. En invertir los bienes superfluos para ocupar familias de trabajadores en empleos humanos y bien retribuidos.
En hacer participantes a los trabajadores de los beneficios de un modo equitativo, gradual, conveniente a todos los intereses: el del capital y el del trabajo. En dar dinero para los medios de comunicación católicos.
En darlo para el «cine» moral y programas de radio o TV morales. En darlo para las elecciones a partidos políticos que defiendan las buenas costumbres, el bien común, la familia y la vida, la libertad religiosa y el derecho a la educación de los padres sobre los hijos.
¡Gran apostolado! ¡Qué difícil! ¡Qué raro! ¡Qué necesario! ¡Como que sin él no se resolverá la degradación social de un país! ¿Para qué tanto discurso, tanto libro, tanto estudio, tantos Congresos en orden al remedio de los males que nos aquejan? Con dos palabras se arregla todo: dinero y espíritu. ¡Pan y doctrina! Primero el pan, luego el catecismo.
¿Qué apostolado del dinero preferimos nosotros? El apostolado en que organizamos un evento, damos dinero para pasarlo bien en el evento y lo que sobra lo dedicamos al prójimo para demostrarle que le amamos. ¿Se resuelve así la degradación social?
Se resuelve la cuestión del aburrimiento.
La del lucimiento personal
La del pasatiempo.
La del fingimiento.
Se aparenta amor, y es egoísmo.
Se busca la gratitud y se halla la indiferencia.
Es el egoísmo con careta de caridad.
Es el placer con careta de sacrificio.
Es la esterilidad con nombre de apostolado.
Razones para no hacer el apostolado del dinero: Tengo el presupuesto de gastos cubierto para alimentación, vestido, casa, diversiones, coche, niños, viajes, regalos etc. Sin embargo, me preocupa el porvenir de los hijos, de los nietos, de los bisnietos y tataranietos. Pues daré ¡Diez eurazos al mes!
El plan que proponemos desde esta Web es: más fe y más resignación y más producción y así prosperará España. Lo que está ocurriendo en el mundo es fruto de sus ambiciones y egoísmo.
¿Somos nosotros de ese número de los egoístas? De ningún modo podemos serlo. Pero de ese número hay muchos católicos, y hemos de estar muy alertas para no bajar en el nivel del espíritu hasta llegar insensiblemente, bajando poco a poco, a ser apóstoles de nombre, funcionarios de la Iglesia estériles e infecundos.