I.- INTRODUCCIÓN

No quisiéramos que este título sonase a pretencioso; no aspira sino a decir cosas elementales. Gobernados y dirigidos hemos de ser todos, civiles y  militares, seglares y religiosos, niños y hombres, varones y hembras. ¿se pueden dar reglas generales sobre gobierno? Un conocimiento de las normas esenciales de gobierno es indispensable a todos, y difícil.

Es difícil ser un buen dirigente. Un buen dirigente ha de nacer, pero necesita añadir a la naturaleza, arte; y no suele haber más arte ni estudio que las lecciones de la experiencia: los éxitos y los fracasos.

El político ha de ser técnico, capaz e independiente; ¿qué dirigente no ha de convenir que lo sea? La Escritura tiene sabias preciosidades en cuanto al arte de gobernar. ¡Desgraciados de nosotros, que demos más valor a la cita de un autor especialista en estos temas que el consejo del Espíritu Santo!  Sin embargo, todo es necesario, juicio y experiencia de gobierno, propia y ajena. De lo uno y de lo otro se exponen en estas páginas normas sencillas. ¡Dios quiera hacerlas fructíferas, conforme a la recta intención con que se han escrito!