7.- Buscar dirigentes entre los adolescentes
En los centros de educación escolar basta un poco de interés y observación para distinguir entre los deportistas adolescentes, quién se destaca, quién se impone por su iniciativa y carácter, por su persuasión y su elocuencia, por su simpatía, por su autoridad. En las demás actividades de trabajo, de catequesis, de misiones, etc., pasa lo propio. Son los mismos adolescentes los que, cuando votan el nombramiento de jefes, no vacilan en designar a los más aptos.
Pues ésos son los que un buen educador ha de seleccionar para formar gobernantes minúsculos, que por los azares de la vida tal vez no lleguen nunca a puestos de autoridad; pero que con una educación más perseverante en la juventud y en la virilidad, llegarían a desempeñar puestos de mando por sus dones naturales.
Programa del joven, futuro dirigente:
Gobernarse a sí mismo con la práctica del vencimiento propio. Valerse a sí mismo, prescindiendo cada vez más del auxilio ajeno. Ejercitar la responsabilidad en asuntos de importancia progresiva. Despertar en sí el gusto de la iniciativa personal. Saborear el placer del triunfo menudo.
Formar la conciencia sobre el valor de los fracasos. Crear el hábito de pedir consejo. Convencimiento de lo que un joven puede cuando es sensato y activo. Acostumbrarse a dirigir grupos juveniles.